La transición energética es, probablemente, uno de los desafíos contra el tiempo más importantes que ha afrontado la humanidad hasta este momento, siendo quizás el gran desafío de nuestro siglo. Al contar con una estructura económica fuertemente arraigada en combustibles fósiles, evidentemente sería ilusorio pensar en un cambio repentino a fuentes de energía renovable. No obstante, más allá de esfuerzos particulares, el ritmo adoptado por los distintos países está lejos de satisfacer las brechas identificadas en la materia, algo que expertos y organismos multilaterales han remarcado en distintas oportunidades, quedando cada vez menos margen temporal. Esto sería especialmente complejo para países que se encuentran en la disputa por ser las primeras potencias del mundo, debiendo diversificar la reconversión y nueva inversión en un equilibrio que evite desacelerar su proyección económica y posicionamiento global. Sin duda la guerra comercial ha venido a aumentar las complejidades del proceso.
En el caso específico de China, país que proyecta ser la primera economía del mundo dentro de las próximas dos décadas, este desafío adopta un cariz externo e interno, así como se pondera un factor económico como uno de legitimidad ante su apuesta como vanguardia de los intereses del Sur global. Los máximos representantes y órganos políticos de la República Popular de China han puesto en relieve la importancia de la descontaminación para los habitantes de su país, de la reducción de las emisiones de dióxido de carbono y de la importancia de afrontar el cambio climático como meta global. Ahora, la meta de carbono neutralidad de China para el 2060 y alcance máximo de su peak en 2030 y ser el mayor inversor en energías renovables debe confrontar con el hecho de ser el mayor consumidor mundial de energía y emisor de GEI.
Así como en su modelo de desarrollo nacional China busca equilibrar su consolidación económica con la sostenibilidad, a nivel internacional la inversión en el extranjero también deja de ser ser una cuestión meramente económica. Una China más proactiva y asertiva en materia internacional demanda que sus inversiones en lugares como África, América Latina u otros países de Asia sean coherentes con su objetivo de liderazgo geopolítico con el Sur global, donde la fuente de la legitimidad de la relación no puede descansar únicamente en la rentabilidad económica de los proyectos. Iniciativas como al Franja y la ruta o la búsqueda del liderazgo de organismos multilaterales exigen a la inversión China un estándar que además de ser comercialmente beneficioso para ambos países, sea capaz de contener las externalidades socioambientales de los proyectos y ser también, de manera directa, un beneficio para las comunidades locales.
Respecto a la inversión China en América Latina, encontramos una presencia importante de empresas privadas en sectores como las TIC y la tecnología, así como empresas privadas, estatales o en asociación con empresas locales en proyectos mineros, de infraestructura logística, transmisión energética y petróleo o gas.
Inversión China en américa latina
A continuación, se presentan datos sobre la Inversión Extranjera Directa (IED en adelante) proveniente de China hacia América Latina entre 2000 y 2022, según los datos del China Global Investment Tracker. Estos datos son relevantes en el contexto de este policy paper, ya que evidencian que la mayoría de las inversiones chinas en la región se concentran en la extracción y explotación de recursos naturales (75%), dentro de un modelo de desarrollo económico neoextractivista, que plantea serias dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo (Munk & Luna, 2022). Específicamente, se destacan los siguientes puntos: a) Brasil, Perú, Venezuela, Argentina y Chile son los países que concentran la mayor parte del capital chino (figuras 1, 2 y 3). b) El total de la IED china en la región suramericana durante este período asciende a 207.680 millones de dólares, de los cuales el 75% se ha destinado a proyectos de explotación de recursos naturales (figura 4). c) Los sectores con mayor participación son agricultura, minería, metales y energías. d) La entrada de FDI chino muestra un aumento relevante durante el boom de los commodities en 2010, seguido de una estabilidad entre 2013 y 2018. e) A partir de 2020, se observa una disminución significativa, en gran parte debido al impacto de la pandemia de COVID-19.

Figura 1. Tendencia regional (por país).

Figura 2. Tendencia suramericana (por país).

Figura 3. Tendencia regional.

Figura 3. % de IED dirigida a industrias extractivas.
Por otro lado, es importante resaltar que durante la última década, China ha incrementado de manera significativa su participación en el sector energético de América Latina, con una inversión superior a los 100.000 millones de dólares en varios proyectos estratégicos. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), entre 2018 y el primer semestre de 2021, China destinó alrededor de 4.300 millones de dólares a la adquisición de litio, especialmente en países como Argentina, Bolivia y Chile, consolidando su dominio en este metal clave para las baterías eléctricas (El Periódico de la Energía, 2023). Además, ha invertido de manera notable en energía solar y eólica en Brasil y México, y en infraestructura hidroeléctrica en Ecuador y Perú (Diálogo Interamericano; El País). Estas inversiones han sido fundamentales para diversificar la matriz energética de la región, disminuyendo su dependencia de los combustibles fósiles y aumentando su capacidad energética. Se estima que el 90% de los proyectos de inversión en litio en América Latina provienen de China, lo que refuerza su control sobre el suministro de este recurso en la región (Fundación Andrés Bello).
Conflictos socioambientales: Demandas por comunidades por mayor transparencia, conocer intermediarios
Desde principios del siglo XXI, las relaciones comerciales entre China y América Latina han experimentado un crecimiento significativo, multiplicándose por más de veinte veces (Stallings, 2020). Esta relación se ha cimentado en préstamos, financiamiento, tratados de libre comercio e inversión extranjera directa (FDI), lo que ha permitido a China superar a Estados Unidos como principal destino de las exportaciones sudamericanas y convertirse en el mayor prestamista público de la región (Gallagher & Ray, 2015). Aunque estas interacciones han fortalecido el poder blando de China y su imagen en la región, también han planteado desafíos, especialmente en términos de subordinación económica y problemas medioambientales derivados de la explotación de recursos naturales (Stallings, 2016; Garzón, 2019).
La IED china ha traído beneficios, como el impulso a proyectos de energías renovables, particularmente en Brasil y México, donde se han promovido iniciativas de energía solar y eólica. Estas inversiones han contribuido a diversificar la matriz energética de la región, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y fomentando un modelo más sostenible. Sin embargo, las inversiones chinas en la explotación de recursos naturales, como el litio y el cobre, han generado serios conflictos socioambientales, como la degradación de ecosistemas y la contaminación. Las comunidades locales exigen mayor transparencia en estos proyectos, solicitando conocer a los intermediarios involucrados y los impactos reales de las inversiones. La falta de información y de mecanismos efectivos de participación ha intensificado el descontento y las protestas en diversas regiones de América Latina.
Recomendaciones
Frente a los desafíos y conflictos socioambientales derivados de la IED china en América Latina, proponemos una serie de recomendaciones dirigidas a tomadores de decisiones políticas, académicos y la opinión pública para fomentar una gestión más transparente y sostenible de estos proyectos.
- Reconocer que las negociaciones chinas son más flexibles y adaptativas, con un enfoque a largo plazo.
- Entrenar a tomadores de decisiones sobre las prácticas y valores clave en las negociaciones con empresas chinas, como el guanxi.
- Crear mecanismos de retroalimentación constante entre comunidades, gobiernos y empresas chinas.
- Prepararse para un proceso prolongado de discusión y ajustes graduales en los acuerdos.
- Utilizar facilitadores con conocimientos en ambas culturas para mejorar la comunicación y resolución de conflictos.
- Lograr acuerdos que aseguren la divulgación de impactos, adaptados a la forma de operar de las empresas chinas.
- Establecer relaciones sostenibles basadas en la consistencia y seguimiento de acuerdos.
- Desarrollar relaciones sólidas con actores clave dentro de las empresas chinas para facilitar el diálogo.
- Crear normativas adaptables que respondan a las dinámicas cambiantes de los proyectos chinos.
- Establecer acuerdos que beneficien tanto a las empresas chinas como a las comunidades locales, enfocándose en sostenibilidad.
Referencias consultadas
- El períodico de la Energía. (31 de octubre de 2023). China gana terreno en el «triángulo del litio» que conforman Chile, Bolivia y Argentina. El Periódico de la Energía. Recuperado de https://elperiodicodelaenergia.com/china-gana-terreno-triangulo-litio-conforman-chile-bolivia-argentina/
- Fundación Andrés Bello. (15 de febrero de 2023). Empresas estatales chinas dominan inversiones en litio en América Latina. Recuperado de https://fundacionandresbello.org/noticias/latinoamerica-%F0%9F%8C%8E/empresas-estatales-chinas-dominan-inversiones-en-litio-en-america-latina/
- Gallagher, K. P., & Ray, R. (2015). «China’s Economic Engagement with Latin America». Boston University Global Development Policy Center.
- Garzón, P. (2019). «China and the Environment: A Struggle for Change in Latin America». Americas Quarterly.
- Munck, G. L., & Luna, J. P. (2022). Latin American Politics and Society: A Comparative and Historical Analysis. Cambridge University Press.
- Stallings, B. (2016). «Dependency in the Twenty-First Century?: The Political Economy of China-Latin America Relations». Cambridge University Press.
- Stallings, B. (2020). Dependency in the Twenty-First Century?: The Political Economy of China–Latin America Relations. Cambridge University Press.