Entrevista «Investigar sobre Asia desde Latinoamérica es una actividad solitaria, pero cuando nos reunimos compartimos caminos».

Aparición 05 de Mayo 2025, Biblioteca del Congreso Nacional

Bárbara Matkovic destacó varios elementos relevantes que marcaron el desarrollo y los resultados de este segundo encuentro nacional que, según sus comentarios, consolidó una plataforma para fortalecer redes de colaboración y abrir espacios para la reflexión conjunta sobre los desafíos y oportunidades de las relaciones transnacionales. Resaltó la importancia de la integración de perspectivas multidisciplinarias y la creciente participación de jóvenes, factores que aportaron dinamismo y profundidad al congreso. Más de su evaluación, en la siguiente entrevista.

Principales ideas detrás de la selección de la temática del Congreso

”La elección de la temática surgió de una mirada estratégica sobre el momento actual que vive Chile en el escenario internacional. Nuestro país está ampliando activamente sus socios estratégicos más allá de los vínculos tradicionales con Europa y Estados Unidos, y se está abriendo con fuerza hacia regiones como Asia y África, donde existen oportunidades concretas de cooperación en múltiples dimensiones: ciencia, energía, cultura, educación y tecnología.

Ejemplos como el desarrollo de proyectos conjuntos en torno al hidrógeno verde, el observatorio japonés instalado en el norte de Chile, la creciente colaboración con India, y los vínculos en expansión con países africanos. Por eso, decidimos que el Congreso debía ser un espacio donde la academia, las comunidades y las instituciones pudieran imaginar nuevos escenarios de cooperación Sur-Sur.

Porque tener visión no es solo una cuestión de diplomacia, sino también de conocimiento y de voluntad política y cultural . Y esa visión nace, en gran parte, desde la investigación y la universidad. Este Congreso fue concebido como un espacio fértil para esa reflexión y para la construcción de redes que acompañen los cambios globales desde una posición activa, latinoamericana y conectada”.

Puntos más destacados del Congreso

”Entre los aspectos más destacados del Congreso estuvo la participación de la Embajada de Sudáfrica en Chile, que aportó una valiosa mirada diplomática sobre las relaciones Sur-Sur y fue público de una mesa completa dedicada a estudios africanos, en la que se discutieron temas de política, historia, literatura y cooperación cultural desde una perspectiva crítica y situada.

Esta instancia fue especialmente relevante por la articulación que logró entre actores diplomáticos y los académicos.

Quisiera destacar además la participación de Javiera Reyes, asistente de investigación del proyecto FONDECYT Regular Nº1240146 “Rastreando lo Chileno-Asiático”. Su presencia nos permitió vincular el Congreso con investigaciones financiadas que abordan la historicidad de los vínculos entre Chile y Asia desde enfoques multidisciplinarios.

Un hito importante fue también la realización de una mesa organizada exclusivamente por la Fundación Japonistas Chile, que reunió a académicos, especialistas y entusiastas del Japón, consolidando el interés creciente por los estudios japoneses en nuestro país y dando visibilidad a sus desarrollos contemporáneos.

Todo esto se vio potenciado por la amplia participación de jóvenes, tanto como expositores como voluntarios, lo que otorgó al evento un carácter profundamente humano, intergeneracional y comprometido con la construcción de un conocimiento situado y abierto”.

Diferencias entre el primero y este segundo Congreso

”Este segundo Congreso se diferenció del primero por su mayor alcance, diversidad de actores y profundidad en el enfoque comunitario. A nivel académico, logramos reunir a investigadores y representantes de los nuevos programas de estudios asiáticos que han surgido en distintas universidades de Chile, lo que permitió una articulación inédita y necesaria en el país. Este crecimiento institucional explica en gran parte el fortalecimiento de redes y la amplitud temática que se desplegó durante el evento.

En cuanto a participación, se evidenció un crecimiento significativo en la presencia de estudiantes de pregrado, quienes no solo asistieron como público, sino también como expositores y organizadores voluntarios. El Congreso fue también un espacio de encuentro con diversas comunidades asiáticas y africanas residentes en Chile, que participaron a través de talleres, actividades culturales y colaboraciones institucionales. Entre ellas, además de la sudafricana, estuvieron la Embajada de Corea del Sur, Academia China Yige, Hola Japonés y Asiática Ediciones, junto a otras iniciativas ciudadanas que aportaron una dimensión viva, lúdica y cercana.

Una diferencia clave fue la integración de actividades de extensión que complementaron las mesas académicas. Se realizaron talleres de caligrafía, juegos tradicionales coreanos y espacios de intercambio cultural, impulsados por comunidades residentes y colectivos comprometidos con la difusión cultural.

En definitiva, el Congreso fue mucho más que un encuentro de especialistas, fue un espacio intergeneracional, intercultural y transdisciplinario, que refleja el avance paralelo de ALADAA y del ecosistema académico en torno a los estudios asiáticos en Chile. Esta expansión no solo ha hecho posible mayor participación, sino también una convergencia genuina entre saberes formales, experiencias comunitarias y diplomacia cultural”.

Integración de perspectivas culturales, académicas y diplomáticas

”Esta integración fue posible gracias a una estrategia de articulación activa entre los distintos colaboradores de Aladaa Chile, impulsada desde nuestra directiva con una clara vocación de cooperación institucional. Como presidenta, he firmado convenios formales de colaboración con universidades y centros de estudio, lo que ha facilitado la construcción de una red confiable y diversa que respalda el trabajo conjunto. Esta estructura ha sido fundamental para convocar a actores muy distintos en un mismo espacio: académicos, diplomáticos, artistas, comunidades y estudiantes.

Una de las actividades más potentes en este sentido fue la mesa a cargo del Director del CeCorea UCEN, Dr. Soon Bae Kim y Janice Tapia, quienes reunieron a los representantes de programas académicos de estudios sobre Asia. Estuvieron presentes; Camilo Aguirre, del Programa de Estudios Coreanos del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile; Andrés Bórquez, del Programa de Estudios Asiáticos del mismo instituto; Francisco Urdínez, del Núcleo Milenio para el Estudio de la Diplomacia en América Latina y el Caribe (ICLAC) de la Pontificia Universidad Católica de Chile; y Jessica Sequeira, del Centro de Estudios Asiáticos de la misma casa de estudios.

Un elemento clave fue que muchas personas y comunidades se acercaron al Congreso espontáneamente, buscando un espacio donde pudieran compartir sus experiencias, necesidades y saberes. Existe un deseo muy genuino de dar a conocer sus voces, de ser escuchadas en espacios donde tradicionalmente no han tenido visibilidad. Voces como la de la Embajada de Sudáfrica, que aportó una reflexión diplomática cargada de memoria, o la de la artista Annecy Nur, que conmovió al público con una presentación que combinó sensibilidad, arte y testimonio, marcaron el tono del encuentro”.

Impacto en el desarrollo de estudios y conexiones sociales, culturales y académicas entre Chile, Asia y África

”Este Congreso busca aportar a la consolidación de una comunidad académica unida, colaborativa y consciente del enorme valor que tiene investigar desde América Latina sobre otras regiones del Sur Global. Porque sabemos que la investigación puede ser una actividad solitaria, y justamente por eso, cuando nos reunimos y compartimos nuestros caminos, surgen grandes cosas.

Personas de distintas trayectorias, generaciones y disciplinas se encontraron no solo para exponer, sino para escuchar, acompañar y proyectar trabajos conjuntos.

El impacto que esperamos generar incluye fortalecer redes académicas y diplomáticas, apoyar activamente los nuevos programas de estudios sobre Asia y África en Chile, visibilizar las voces de comunidades migrantes y académicas del Sur, y especialmente, estimular la producción de más publicaciones, investigaciones colectivas, ensayos y trabajos interdisciplinarios que amplíen el horizonte del conocimiento latinoamericano sobre Asia y África. Porque no basta con encontrarnos: necesitamos también escribir, editar, traducir, publicar y hacer circular estas reflexiones para que lleguen a más personas y perduren en el tiempo”.

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